Alma de cristal
"Palabras"... Mi reflejo.
sábado, 13 de febrero de 2016
13 de febrero, día mundial del amor por los delfines
miércoles, 10 de febrero de 2016
"Detalles"
He aquí una foto que saqué de la Sagrada Familia, Barcelona. Me gustó tanto que he decidido colgarla en el blog.
jueves, 17 de diciembre de 2015
Impulso homicida
Mis demonios me llaman, sé que debo de alejarme de ellos, pero, ¿cómo hacerlo? Debería sentirme amenazada, no obstante sus cantos me atraen y despiertan mu curiosidad. Deseo saber más, tener más contacto, mas no caer en sus pecados. ¿Es una trampa? O quizá... ¿Es mi salvación?
Mantener alejados a los seres nocivos, distanciarme de lo cruel, acercame a lo benévolo, no permitir que la oscuridad me arrastre a mi infierno. Otorgar en mí el poder de la bondad, distinguir de "lo que está bien"de "lo que está mal" para así, obtener la capacidad de actuar conforme la situación. Ignorar a mi lúgubre oscuridad. ¿Esta sería mi respuesta?
Derrocar mis miedos, y así, alimentar mis pecados mediante la pavor. Agredir a mi objetivo, complacer mi deseo, acercarme a lo malévolo. Que ésa substancia de pétalos de rosa recorra cada poro de mi piel. Mancillar a mi persona por obtener el placer que mi cuerpo pide. Persistir formando parte de mi naturaleza por delante de mi ética. ¿Esta sería mi respuesta?
¿Seguir mi moral o dejarme llevar por mi instinto?...
Siento informar que me cautiva más la segunda opción.
martes, 24 de febrero de 2015
~~~~~
Entonces, meditas. Meditas la forma de ser capaz de escribir tus emociones en el cuaderno, pero no puedes. No llegas a ninguna solución. Es más; la desconoces. Colocarte a ti mismo esa barrera que te impide seguir adelante con el "no puedo". Creer que es imposible. Que el nido que tienes en tu cabeza está demasiado revuelto cómo para que pueda ser escrito. Preguntarte que, si ni si quiera tus pensamientos están ordenados, ¿Cómo vas a expulsarlos de una manera organizada para poder ser leídos? Que ni tu mismo te comprendes... Reflexionar mil cosas y perderte en tus propias ilusiones...
No obstante, aquí es cuando te das cuenta de que tus emociones han podido contigo y con esa impotencia del principio. Llegar al punto de que no puedes parar de escribir. Escribes, escribes y escribes, hasta que o tu mano o tu cabeza no puedan más.
domingo, 19 de octubre de 2014
Halloween 2013; tu sombra
Buscando en mis antiguos textos, encontré uno bastante curioso del halloween del año pasado. He decidido retocar algunas cosillas y colgarlo, espero que sea de vuestro agrado:
'Tu sombra'
Hola, creo ya va siendo hora de presentarme. Te llevo vigilando... Quizás sólo unos días, o una semana, o una vida entera. Quien sabe. Cada paso que das, cada movimiento, cada gesto, cada risa, cada lágrima... Eres muy entretenido para mí, ¿sabes?
Sobretodo me gusta cuando llega la noche. Me encanta observar cada una de las delicadas partes de tu cuerpo mientras duermes. Poder quedarme toda la noche mirándote en la esquina más oscura de tu habitación, en las penumbras; y tú ni darte cuenta. Sé que a veces te has sentido acompañado por alguien más en un lugar donde no había nadie. O eso es lo que tus ojos llegaban a ver. No, no es producto de tu imaginación. Era yo. ¿O es que crees que esos escalofríos que recorren por cada una de tus entrañas son simples alucinaciones? ¿Crees que los ruidos que escuchas a las tantas son los vecinos? Crees mal. Has notado mi presencia, lo sé. Y yo he notado tu temor. Es ese miedo tuyo es lo que me alimenta y mantiene mi mísera existencia. Es más, ese temor lo estoy notando ahora. Ahora mismo, mientras lees esto, te observo . Me he apegado a ti. Y, ¡oh! cuando no están tus padres en casa, que divertido es... A veces, te he despertado a las tres de la madrugada. Y tú empiezas a vagabundear por los pasillos, buscando una respuesta.
¿Sabes qué? Esos escalofríos suceden porque, como no, estoy yo, vigilando como de costumbre. Soy tu sombra. Siempre estaré contigo. En eterna vigilancia, esperando a que la noche para que vuelvas a cerrar los ojos.
martes, 23 de septiembre de 2014
"Ellos"
12 de marzo de 2015. Hora aproximada: 23:13h pm. Emma Walker se disponía a limpiar la sala como lo hacía de costumbre en su horario nocturno. Esa vez dejó los escritorios de una de las mejores empresas del mundo como una patena, excepto unos cuantos que no llegó a terminarlos. Se encargaba de la limpieza y lo hacía una vez la empresa cerraba y sólo estaban en el edificio los encargados de guardas de seguridad y un par de jefes en sus despachos con asuntos por acabar .
Esa misma noche halló una extraña carta dentro del cajón del desaparecido Adam Wilson por pura casualidad. Él era un empleado de esa misma empresa; y la nota se situaba dentro de su escritorio.
Vamos a citar dicha carta.
"Los siento cerca. No deben andar muy lejos. Saben que estoy aquí, ellos pueden sentir el miedo. Sé que tarde o temprano darán conmigo y será mi fin, pero antes de que eso ocurra debo de escribir esta carta. TENGO que contar mi historia. Inicia de esta forma:
Soy un joven de trenta y tres años y sí, cuando digo joven, es que lo soy. O al menos me creo así. Siempre me he sentido un jovencuelo lleno de energia y vida. No me quejo de mi vida en absoluto, estoy casado con una mujer hermosa y tengo un hijo al que ceder toda la vitalidad de su padre. Podría considerarme feliz.
No obstante, un día como otro cualquiera me veo consolando a mi mujer en el entierro de su prima. Su prima no era una cualquiera: mi esposa no tiene ni hermanos ni hermanas y se llevaban de fábula desde que iban a párvulos. Se llamaba Lucy. Era como si el destino hubiese querido que fuesen hermanas pero de padres distintos. Eran como uña y carne. Como una pizza con tomate. A qué si le quitas el tomate de una pizza, ¿ sushodicha comida deja de ser una pizza? Pues a mi mujer le pasó algo parecido, se quedó sin tomate. Vale, ahora hablando en serio. Mi querida también es una persona optimista y vital cómo yo, pero su muerte le afectó tanto que le llevó a la depresión. Apenas comía. Dormía. Ya no me daba los buenos días con su alumbrante sonrisa. A pesar de todo, ella fue fuerte e intentó hacer que no pasaba nada, sobretodo cara a nuestro hijo. Aunque, yo la conozco demasiado bien. Sé que ella estaba destrozada, me dolía en el alma, pero no podía hacer nada. Sólo esperar. Esperar a que con el tiempo, "olvidase" lo ocurrido.
Entonces ocurrió. Pasaron tres meses y yo estaba revisando mi correo electrónico, a ver si tenía algún mensaje nuevo. Vacío. Justo cuando iba a salir de mi e-mail, recibo un mensaje. Lo abro. No tenía ni título ni se mostraba el correo del autor. Por unos instantes se me pusieron los pelos de punta. Me sentí de una forma indescriptible. Era un sentimiento tan tenaz... Sentía que el miedo se apoderaba de mí, sentía que insignificantes pero notables calambres irrumpían mi cuerpo. Lo que yo no sabía es que todo estaba por comenzar. Mi mente se retenió en seco una milésima de segundo y prosigió de inmediato buscando un por qué. ¿Por qué había un mensaje que parecía escrito por la prima rubia de mi mujer recién enviado a mi e-mail? ¿Por qué parecía victima de algo? ¿Por qué parecía estar huyendo de algo? ¿A qué se refiere... con los niños? El mensaje tiene muchas faltas de ortografía, tantas, que algunas palabras eran ilegibles.
"Bah. Esto será alguien que quiere gastarme una molesta broma" pensé para así no darle vueltas a la cabeza y seguí con mi vida cotidiana. Sin embargo, esa misma noche tuve una pesadilla. La primera de todas. La peor pesadilla de mi vida. En el mal sueño recreaba el día del entierro de Lucy. Mi esposa se apollaba en mí, llorando y yo la consolaba acariciándole la cabeza. Ocurria exactamente lo mismo, excepto una cosa; a lo lejos, avisté una extraña figura entre las lápidas. Se divisaba solamente su cabeza. Fuí a ver quién o qué era eso. La curiosidad me podía. Me iba acercando poco a poco y no lograba distinguir su cara hasta que cuando estaba más o menos unos cinco metros a ésa figura, desapareció. Así. De la nada. Cuando por fin me asomé no había nada. Para mi sorpresa, al darme la vuelta, allí se ubicaba Lucy. Rodeada de ellos. Y Lucy no era la Lucy que todos conocemos. En vez de tener sus ojos en su sitio, se hallaba un inmenso vacío negro. La cuenca de sus ojos estaban completamente desiertos, de los cuales chorreaba un líquido negro que parecía ser sangre podrida. No tenía nariz. O al menos, no entera. Sus dientes se habían podrido y consigo, el resto de su cuerpo. Se asemejaba a un cadáver salido de su tumba. Sin embargo, ellos no mostraban figura exacta. Eran como una sombra que me observaban.
Los días transcurrieron y mis pesadillas se volvieron habituales. Por alguna razón siempre aparecía Lucy rodeada de ellos. Decidí no comentarle nada a mi esposa, pues se volvería loca. Al principio sólo eran pesadillas. Las pesadillas se transformaron en insomnio. El insomnio en mal humor. El mal humor en perdidas de apetito y así consecutivamente.
"Estoy exahusto. Me estoy volviendo loco." Pensaba. Y justo cuando pensaba que las cosas no podían ir a peor, empezé a ver apariciones y sus voces gritando mi nombre. Al principio sólo eran ellos. Lo curioso es que toda la actividad ocurría a partir de la media noche. Los oía corrotear por el pasillo, a veces les oía susurrar mi nombre al oido. Les oía gritar tan fuerte que no sabía cómo mi familia no se despertaba. No lograba descifrar que bramaban. Comenzaron con sonidos y prosiguieron mostrándose ante mi. Me vigilaban cada noche, al pie de mi cama, pero una noche me dí cuenta que no sólo me velaban a mí; a mi familia también. Una noche me asomé al pasillo porque gritaban demasiado. "La locura puede contigo, Adam" me decía una y otra vez... Vi como una sombra entraba al cuarto de mi hijo. Entré y ahí estaba, estático, frente a su cama. Le maldecí para que se fuera en susurros para no despertar a mi niño, y me miró. Empezó a seguirme mirándome fijamente, clavando sus rojos ojos hacía mi perturbada mirada. Caminé hacía atrás sin perderle de vista y al salir al pasillo fuí rodeado por ellos. Ellos no lograban tocarme, pero me deseaban, lo sé. Me deseaban a mí y a mi familia. Me sentía incompetente, sin poder hacer nada pero queriendo hacer algo.
Dos semanas. Comencé a ver a Lucy. Y no por la noche; sinó que, ahora me seguía incluso a la luz del día. A casi todas horas, la avistaba cada día más cerca de mi. Dejé de ir al trabajo. Les dije que estaba enfermo.
Y aquí me situo ahora. En mi armario, escribiendo con dificultad gracias a la luz de la pantalla de mi móvil. Mi familia no está en casa, estoy sólo con ellos. Ya no puedo más. Lucy y ellos no paran de atormentarme. Me van a encontrar y yo sé que va a ser pronto... Falta poco... Muy poco... Quieren que formen parte de ellos, lo sé... lo sé... lo sé... Pero ¿¡Por qué yo, joder!? ¡No he hecho nada malo! ¡Matarme ya! ¡Hacerlo! ¡Dejar de torturarme! ¡La cabeza me va ha estallar! ¡No puedo más!
Aquí estan. Han entrado en la habitación. Puedo oler su hediondo olor a muerto. Puedo sentir el frío. El vao de mi aliento cada vez es más intenso. Decidido. Voy a unirme a ellos. Lucy me está llamando. No morimos por algún accidente, enfermedad, o por x motivos. Ellos nos buscan, nos encuentran, y nos arrastran.
Para el destinatario de esta carta: Cuando la estés leyendo, yo probablemente esté muerto y lo más seguro es que ellos me obligen a ir a por tí ígual que me obligaron a matar a mi esposa y a mi hijo. Te observamos. Te oímos. Te sentimos...
Firmado: Adam Wilson."
Esto es un misterio inexplicable, un crimen perfecto, o un caso paranormal?
El guarda que vigilaba las camaras de seguridad declaró oir su grito y al ver la cámara de donde procedía el sonido, la imagen se había esfumado. Pasaron unos diez segundos y la cámara retornó a la imagen por si sola. La encargada de la limpieza ya no estaba. Sólo dejó un charco de sangre... y no se volvió a saber nada.